Hace 15 años, los primeros medios de comunicación en España lanzaban sus ediciones electrónicas y utilizan la web para llegar a los usuarios de Internet. La estrategia era bastante simple: los periódicos volcaban de la forma más automatizada posible sus contenidos del producto impreso en la web y los usuarios consultaban esta información gratuitamente.
Era un gran paso, y así lo manifestaban los usuarios y lectores.
En la actualidad este plantamiento, evolucionado con los años, es cuestionado en muchas empresas, sobre todo por el efecto canibalizador que ejerce sobre los productos offline y por la gratuidad del modelo, que en la mayor parte de los casos lo hace insostenible.
Hoy, en una nueva revolución basada en la movilidad, cuyo principal exponente son los smartphones y los tablets como el iPad, numerosos medios ofrecen aplicaciones para estos dispositivos que se nutren de forma automatizada de la información ofrecida en sus webs, que a su vez prácticamente no difiere de la oferta que se muestra en sus productos offline. De nuevo, la propuesta es gratuita para los lectores, que ahora disfrutan de sus fuentes favoritas en nuevos dispositivos.
¿No resulta esta situación bastante familiar? ¿No se arrepentirán las empresas de periódicos de esta estrategia dentro de unos años?
En este contexto, como gran solución se estudia y aplica cobrar a los usuarios por aquello que hasta ahora se ofrecía gratuitamente, los “paywalls”, desafortunado nombre que no ayuda a una estrategia ya de por sí tremendamente arriesgada.
Quizá llegado a este punto, y teniendo en cuenta que el mercado de la información ya no es un coto cerrado de los medios de comunicación, sea necesario pensar otras estrategias. Bajo mi punto de vista debe ser así y éstas deben basarse en algunos aspectos esenciales.
Para empezar el corazón de la estrategia debe ser digital. La tecnología es un elemento clave y su dominio combinado con el talento periodístico puede dar grandes frutos.
Se debe pasar de una estrategia monoproducto a una multiproducto en la que un periódico o empresa de medios desarrolle una estrategia más sofisticada a partir de su potencia y capacidades de generación de contenidos.
Esta estrategia debería basarse en un esquema freemium, donde en función del valor añadido algunos servicios serán gratuitos y otros de pago.
Su orientación debe centrarse en audiencias, de manera que cada soporte (papel, web, iPad…), basado en sus características específicas diferencie su oferta y se oriente a grupos específicos.
Un enfoque en el que los nuevos soportes se identifiquen desde el primer momento como una oportunidad clara de generar productos y servicios útiles, diferentes, atractivos, basados en un modelo experiencial que haga que los usuarios estén dispuestos a pagar por ellos, aprovechando al máximo sus características técnicas.
¿Te encajan estás líneas estratégicas? Seguro que echas en falta alguna más.