2020, el año que aprendimos a trabajar desde casa

Este año lo recordaré como el año que aprendí a trabajar desde casa. Yo era de las que no quería ni oír hablar de esto, no lo veía posible ¿Estar en casa y trabajar? Era una combinación que no cuadraba en mi cabeza.

Pero la realidad hizo que, de un día para otro, no tuviéramos opción y nos tuvimos que adaptar a esta nueva situación. Lo cierto es que fue muy revelador, en Biko estábamos mucho más preparados de lo que imaginábamos. 

Desde siempre nuestra herramienta principal de trabajo había sido un portátil, por lo que fue relativamente sencillo quedarnos en casa. Solo tuvimos que recoger las pantallas y las sillas de oficina cuando nos dimos cuenta que esta situación no era cuestión de días sino de meses.

Muchos compañeros nos solían comentar que el trabajo desde casa tenía más ventajas que inconvenientes, pero yo no lo veía tan claro… hasta hoy. Por esto, me gustaría detallar desde mi punto de vista, esos puntos positivos y negativos que he ido descubriendo con el paso de los meses. 

Puntos positivos

  • Somos mucho más eco-friendly: no coges el coche todos los días, ahorras en combustible y en tiempo de desplazamientos.
  • Pasas más tiempo en casa con tu familia y tienes más horas para los tuyos. 
  • Los horarios pueden ser todavía más flexibles, lo que permite una buena conciliación familiar.  
  • Las reuniones son mucho más productivas, conseguimos foco más fácilmente sin las distracciones de la oficina. 
Pasas más tiempo en casa con tu familia y tienes más horas para los tuyos

Puntos negativos 

  • No hay horario, depende de ti cumplir las horas y también aprender a parar. 
  • Las interrupciones en una reunión si eres padre o madre son habituales.
  • No estás con tus compañeros, estás más aislado y tienes menos contacto social. 
  • Las videollamadas nos agotan mucho más, ya que es más complicado gestionar una reunión a través de la pantalla.
  • Los turnos de palabra en las reuniones se ven perjudicados, ya que al no ser presenciales, la conexión y el no darte cuenta de que otro compañero o compañera quiere hablar puede complicar la comunicación en el grupo. No es factible hacer reuniones de más de cinco personas con videollamadas, ya que complica mucho el turno de palabra.
  • Te pierdes la vidilla de la oficina.

Como en todo, siempre hay un lado bueno y uno malo y, aquí, en Biko hemos vivido el cambio de la manera más positiva posible. En los equipos nos vemos y hablamos todos los días, pero para no perder contacto con el resto, cada semana nos reunimos toda la plantilla y nos ponemos al día en las cosas importantes para seguir sintiendo que somos un grupo que trabaja para sacar proyectos juntos.