No se si recordaréis un experimento muy comentado en el mundillo del marketing y la publicidad sobre un mendigo que, al cambiar el copy de su cartel de limosnas de «Tengo hambre» a «¿Y si usted pasara hambre?», pasó a ganar 60 dólares en dos horas frente a los 4, 10, 20 dólares que conseguía con el viejo. ¿O eran dos los mendigos, uno creativo y el otro no tanto? ¿O era un anuncio de Leo Burnett, sacado del baúl de los olvidos por OpenAds?
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=KrV-BeOLGhY&eurl[/youtube]
¿O era un corto latinoamericano incidiendo en el aspecto más emotivo?
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=zyGEEamz7ZM[/youtube]
El caso es que, sea cual sea el origen de tan «original» idea, está claro que el apasionante mundo de los copys sigue llegando con fuerza a la gente del medio y a los ajenos. No hay más que leer los comentarios en Youtube a dicho corto para comprobarlo.
Y es que resulta apasionante descubrir cómo el arte de combinar palabras puede ser igual de efectivo en televisión, que en web, cine, papel o nuestro día a día offline.
Os pongo un ejemplo: mi última adquisición de souvenirs, estando de vacaciones en Cantabria, ¡se decidió por una cuestión de copys!. Y es que en el pueblo en el que estuve, Santillana de Mar, abundaban las tiendas con productos típicos, por lo que tenían que afinar el ingenio para promocionar su género. ¿Y cómo lo conseguían? Mediante carteles diversos y buenos copys.
Así, estuve dudando entre una tienda cuyos carteles rezaban «Si compras un quesuco, te regalo un vasuco. ¡Date prisa que se acaban!» y otra con copys como «Productos artesanales. Elaboración propia».
Porque no es lo mismo que los mensajes de venta te inviten a una compra con premio, que te generen cierta urgencia o que incidan en la calidad y especialización de la empresa. ¿Qué hubieseis elegido vosotros: promoción o tradición? En mi caso ganó la tradición. Me quedé con los productos artesanos en lugar de agenciarme el vaso de regalo. ¡Con las cosas de comer no se juega!
Otro ejemplo de copys en el mundo offline. Una tienda de mi barrio que ha cerrado hace unas semanas.
Con el fin de liquidar el género, buscó crear urgencia y fomentar la compra impulsiva colocando en el escaparate una cuenta atrás, al estilo de tiendas de outlet como Privalia o Vente-privee.
Lo cierto es que se trata de una iniciativa más común en el mundo online que en el offline. En nuestro devenir diario estamos muy acostumbrados a ver tiendas con carteles de «Liquidación total», pero dice la leyenda popular que se mantienen así durante meses e ¡incluso años!, transmitiendo poca confianza en la supuesta oportunidad de ganga.
Por eso, elementos como los días que quedan para el cierre de un comercio pueden funcionar offline, tanto a nivel de ventas como a la hora de generar credibilidad para la empresa, aunque ésta esté a punto de cerrar.
Seguiremos recopilando ejemplos curiosos de copys porque, para bien o para mal, es muy probable que a partir de ahora proliferen. En tiempos de crisis, se agudiza el ingenio… y los copys.
Wila dice:
Hay un proyecto que a mí me encanta y lo sigo desde hace años, que trata de fotografíar carteles en la vía pública, que sean originales o divertidos. Muchos de ellos lo son precisamente por sus copys! No os perdais este: http://www.proyectocartele.com/imageservlet?size=resized&fotofile=27486.JPG en http://www.proyectocartele.com