Finalizo mi resumen del congreso iRedes con un apartado específico dedicado a los medios de comunicación. Puedes encontrar las piezas anteriores aquí(1) y aquí (2).
Periodismo en la encrucijada. Basta con ver las ponencias para ver que el periodismo está más vivo que nunca, pero las empresas periodísticas están en crisis. Surgen con fuerza los periodistas-marca. Sin embargo, la prensa sigue sin resolver dilemas poderosos y situaciones complejas. Por ejemplo, que un periodista cambie de empleo y arrastre consigo a sus seguidores en Twitter. Que una noticia de la hemeroteca resurja con una pegada brutal y que el público la lea fuera de contexto, provocando una pequeña crisis de relaciones públicas. Por no mencionar el derecho al olvido y la potencia de las hemerotecas mezcladas con un buen buscador.
El medio del futuro, parafraseando a la Academia del Cine española. A estas alturas del siglo XXI, las empresas editoras no tienen todavía claro si es bueno o malo poner enlaces externos. Retuitear a la competencia es un asunto épico. Alguien dice que lo hicieron una vez y la sala aplaude. Mientras tanto, no muy lejos de allí, en el vibrante presente todo el mundo ha resuelto con naturalidad estos asuntos, acaso adaptándose con resignación fatalista, o ya de buen grado, a una realidad truculenta. La sensación es que las hierbas altas se doblan con el viento, y los robles centenarios… no. Un papelón que nadie envidia.
Al hilo del periodismo ubicuo, donde cualquiera puede dar una noticia, los medios expresan la tensión que se experimenta al retener una noticia sin confirmar mientras esta corre por las redes en un tiempo en que el cierre de edición es ya un concepto superado. Pienso que el papel claro de los medios es realzar el valor del análisis, de la confirmación. De la misma forma que se debe separar información de opinión y publicidad y propaganda, debería ser posible para un medio comentar los rumores explicando que no están confirmados.
Si el periodismo ha de buscar un valor diferenciador, este está en la capacidad de dar información reposada. La diferencia entre un medio y una multitud informante es la misma que lo que separa a un diletante de un prosumidor y a este de un profesional: el tiempo, la intensidad y la constancia que pueden dedicar. La prensa debería apoyarse en una red de informadores puntuados por reputación y combinarlo con el modelo tradicional de fuentes, corresponsales y material de agencias. Las empresas que ofrecen servicios meteorológicos, por ejemplo, son capaces de dar información diferente y valiosa partiendo del mismo dato, en un entorno mucho más restringido que el de la información periodística, con una trepidante caducidad de la información y donde se valora… la fiabilidad.
Diego Cenzano dice:
Amén, Sten.