Vivimos tiempos inciertos. De eso no cabe duda.
El confinamiento a nivel general nos está dejando estampas de todos los colores. Tras el disgusto, la rabia o la negación inicial de vernos con las alas cortadas de golpe, llega la posterior aceptación y la búsqueda de recursos para intentar hacer más llevaderas nuestras horas.
Si bien es cierto que hemos visto un aluvión de nuevas opciones de entretenimiento (festivales de música en streaming, recitales de poesía desde el sofá, ciber-quedadas de cervezas…), existe también una amplia oferta cultural en lo museístico que, para nuestra sorpresa, ya llevaba allí mucho tiempo, mucho antes de que entráramos en cuarentena.
Así pues, no hay mal que por bien no venga. Si intentamos verle el lado positivo, la reclusión obligatoria nos ha descubierto ciertos contenidos a los que normalmente no les dedicaríamos tanto tiempo. Una especie de serendipia forzosa que, a ciencia cierta, nos ampliará los esquemas mentales a la hora de consumir contenidos on y off en el futuro.
Como bien comentábamos en el artículo sobre Qué podemos aprender de la estrategia digital de los museos -Biko Insights III-, puede que, en el pasado, los museos fueran percibidos como instituciones monolíticas, poco dinámicas, desarrolladas en un entorno reducido y elitista, cuya experiencia y trayectoria no pueden servir de guía para otro tipo de organizaciones. Pero la actual crisis sanitaria nos está demostrando lo contrario. No solo hemos descubierto que existe un amplío espectro de museos que disponen de gran parte de su contenido online (colecciones permanentes, exhibiciones temporales, actividades educativas…) sino que otros muchos están demostrando una capacidad de adaptación a las nuevas circunstancias como pocos.
Obviamente, los mimbres necesarios para poder dar este salto de manera rápida y eficiente es algo que no nace de la noche a la mañana. En nuestra dilatada experiencia trabajando con museos – llevamos más de 8 años haciéndolo con el Museo Nacional Reina Sofía y más de 5 con el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza hemos podido comprobar cómo algunos museos nacionales e internacionales ya habían ido dando ciertos pasos hacia la digitalización de parte de su oferta, acercando el contenido a otro tipo de público en un escenario distinto.
Algunos ejemplos de algunas instituciones
En su momento fue el RijkMuseum quien innovó con su interfaz, hasta el punto de desarrollar una experiencia inmersiva y centrada en el descubrimiento que aprovechaba los equipos informáticos más modernos y las posibilidades de las pantallas de mayor tamaño y calidad, bien en formato escritorio o móvil. Mostrar las obras de arte en gran formato, evitando las distracciones y el habitual enfoque multipropósito de una web, supuso una revolución que luego hemos podido encontrar en otros museos y sectores. Al planteamiento le añadieron un proceso de selección o curación a través de Highlights, un mecanismo que agrupa y ordena la colección del museo bajo distintos prismas, incluido el de los usuarios, que ha convertido la web en algo vivo, que aporta cosas nuevas de forma constante a las personas que se acercan a ella y la visitan. Puntualmente, a esta estrategia se une al ofrecer contenidos muy atractivos en vivo, como la restauración de La Ronda de Noche.
Dentro del ámbito educativo, uno de los puntos de actividad más estratégicos de los museos -la posibilidad de ofrecer cursos en colaboración con plataformas como Coursera o la Khan Academy, con millones de usuarios alrededor del mundo- ha supuesto un gran salto para instituciones como el MoMa, el Met o la Tate, que ahora pueden presentar una oferta más diversa a un público mucho mayor, que no necesita desplazarse a Nueva York o Londres para recibir una formación de primer nivel relacionada con el arte.
Los museos son una auténtica mina para el storytelling. Sus obras, colecciones, edificios, historia o exposiciones reúnen un sinfín de elementos, detalles y anécdotas cuya combinación ofrece un gran potencial a la hora de construir historias. Un caso interesante de innovación a la hora de contar algo muy habitual en museos, aunque no demasiado conocido entre el gran público, es el Mapa de Itinerancias del Museo Nacional Reina Sofía. Gracias a este desarrollo digital podemos conocer de forma interactiva y visual toda la producción de este museo que ha viajado por distintas partes del mundo, sea una exposición, una obra o actividad cultural.
Quizás el caso más claro en el que hemos trabajado en Biko, también para el mismo museo, sea Repensar Guernica, la web que definimos y construimos en 2017 para el Museo Reina Sofía que muestra la obra-icono del siglo XX de una forma completamente nueva e insólita y fue ganadora de un premio Webby, los Oscar de Internet.
El uso de una fotografía en alta definición combinado con tecnología gigapíxel permite a cualquier usuario de Internet ver los más pequeños detalles sobre la obra y explorarla mediante distintas técnicas fotográficas como la luz visible, ultravioleta, infrarrojos o radiografía, de gran utilidad especialmente para investigadores. Este elemento digital viene acompañado del acceso a miles de documentos relacionados con el cuadro y su época que son accesibles de distintas formas, incluida una cronología visual representada en un complejo gráfico interactivo. En resumen, una manera diferente de contar una obra gracias al trabajo de investigación del museo durante más 2 años y la colaboración estrecha de un equipo multidisciplinar con un completo dominio de los planos históricos, artísticos, visuales y tecnológicos.
Otro de los museos nacionales con gran presencia en lo digital es el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. En nuestra experiencia trabajando con esta institución, sabemos que la urgente necesidad de ofrecer contenidos digitales es algo para lo que ya estaban preparados; disponen de un amplio catálogo de recursos en vídeo: comentarios de comisarios sobre exposiciones, visitas virtuales a las exposiciones temporales (como la visita virtual a la exposición de Rembrandt, Los Impresionistas y la fotografía o Balenciaga y la pintura española), estudios de restauración y hasta listas de Spotify.
El Thyssen también tiene una fuerte vertical online en su versión educativa y de divulgación. Muestra de ello es el portal Educathyssen, un site exclusivamente dedicado a ofertar un amplio rango de cursos digitales; o ConectaThyssen, un laboratorio de proyectos digitales en forma de incubadora que contiene iniciativas tan interesantes como Second Canvas Thyssen, una herramienta que permite descubrir en super alta resolución obras maestras de Caravaggio, Carpaccio, Van Gogh, Kandinsky, Degas, Cézanne, Chagall, Murillo, Pollock…
Estas referencias son solo la punta del iceberg. Navegando y profundizando en algunos de estos sites y otros de instituciones similares se pueden descubrir muchas otras iniciativas interesantes. Puede que algunas tengan un enfoque muy especializado y se dirijan a una minoría. Lo que es indudable es que muestran caminos con potencial para todo tipo de instituciones y ponen en primera línea el arte y la cultura, algo esencial para nuestro desarrollo como sociedad.
Tenemos una coyuntura singular. Y hemos sido testigos en primera persona de cómo muchos museos han sabido ser lo suficientemente ágiles a la hora de transformar sus sites cuando la necesidad y el momento han apremiado, siendo instituciones que, normalmente, funcionan a otro ritmo. Seguro que no son pocos los negocios o sectores que, tras este tiempo de vivir a otra velocidad, se valen de la inspiración museística para implementar nuevas soluciones en lo digital.
Recursos
- Biko Insights
- Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
- Museo Nacional Thyssen-Bornemisza
- RijkMuseum
- La Ronda de Noche (RijkMuseum)
- Mapa de Itinerancias Museo Reina Sofía
- Repensar Guernica
- Visitas virtuales Museo Thyssen
- Estudios de restauración Museo Thyssen
- Listas de Spotify Museo Thyssen
- Educathyssen
- Conectathyssen
- Second Canvas Thyssen