Como los propósitos de año nuevo, enero llega con la lista de conferencias técnicas para el año que entra; y desde que el año pasado me dejase engañar para empezar en este mundo de eventos, meetups y demás… el 25 de enero estaba grabado a fuego en mi calendario. La #Bilbostack19 fue mi primera conferencia y después de aquella experiencia tan positiva, estaba claro que iba a repetir.
Y así fue. 8 de la mañana, tranvía y para el Euskalduna. Este año la expedición Bikoniana casi se duplicaba y fuimos 15 los que nos desplazamos a Bilbo para asistir al evento. Café, pintxo de tortilla para desayunar y ya estamos listos para acreditarnos y empezar el día.
Después de 5 eventos durante el 2019, el ponerme delante de la agenda y elegir a qué charlas ir sigue pareciéndome lo más complicado del mundo. ¿Por qué todas las charlas tienen algo que dices «¿por qué tengo que elegir? ¿y ahora a cuál voy? ¿y si voy a esta y luego la otra mola más?»? así que esta vez me había llevado el trabajo hecho desde casa y más o menos tenía claro el track al que iba a ir.
«Vivir mejor desarrollando software»
Mi primera charla elegida fue «DevOps: el camino de la entrega de valor en software». El hecho de conocer un poquito más de cerca cómo otras empresas trabajan por entregar valor lo antes posible me llamaba bastante la atención. A veces cometemos el error de pensar que entregar más significa entregar cualquier cosa y sin embargo, entregar más implica validar pronto y continuadamente las historias, realizando pequeños incrementos en el proyecto para así eliminar riesgos. En definitiva, como bien dijo Luis Fraile, «vivir mejor desarrollando software«.
¿Restricciones como limitación o como incentivo?
Para la segunda charla tocaba cambio de sala, intentar pararte lo menos posible con las caras conocidas que vas juntándote por el camino en aras de coger sitio. Silvia Calvet, bajo el título «El poder de las restricciones» intentaba hacernos ver que tendemos a centrarnos en los requisitos para crear productos, en las limitaciones que nos marcan esos requisitos y como, muchas veces, vemos las restricciones como un impedimento, una limitación forzada. Si entendiésemos las limitaciones a nivel de las personas, podríamos hacer mejores productos. Las limitaciones personales aumentan la creatividad y nos dan la empatía que a veces perdemos cuando nos centramos en lo puramente técnico. Me llevo como reflexión su frase de «No tenemos usuarios discapacitados. A menudo, las dificultades para realizar tareas son causadas por otras personas y no por su discapacidad”.
11:30, hora del café y ahora sí, de abrazar a todas esas caras conocidas que has ido esquivando de camino a la sala. Y es que, ¿qué es un evento sin su networking?
Si no has oído hablar de Storybook, deberías.
Como Reactera que soy (y algo friki del diseño), la siguiente charla la tenía clara. Si alguien quiere hablar de mezclar desarrollo frontend y diseño, allá que voy. Ignacio Velázquez en su charla «Implementing corporate Design Systems in React», enseñó una forma de implementar todo esto mediante un framework moderno basado en componentes. Y es que todos deberíamos tener claro que «el design system no es solo cosa del equipo de desarrollo. Si el equipo de marketing está vendiendo una imagen distinta a tu single source of truth… existe un problema«.
Y sin apenas darnos cuenta, la #Bilbostack20 llegaba a su fin. Tocaba elegir la última charla y aquí, después de mucho debatir y de ir en contra de mis sentimientos, decidí tirar por lo técnico e ir a escuchar a l@s chic@s de Letgo. Los microservicios no son mucho mi tema, pero ¿qué mejor que escuchar a expertos en la materia para ir aprendiendo poco a poco? Isabel Garrido y Sergi González, con su buen rollo y frescura, hicieron ver que es posible mantener más de 40 microservicios operados por 11 equipos, conectando estos mediante peticiones http y contratos entre dominios.
Dos del mediodía. Oficialmente la #Bilbostack20 había acabado. ¿O no? Y es que si en la agenda pone que todavía queda «networking + pintxos y poteo», habrá que ir. Paseíto por la ría, saludo veloz al Guggenheim y a la Plaza Nueva. Ahí es cuando empieza el verdadero networking, cuando ya no tienes un horario que te marca las conversaciones y tienes toda la tarde por delante para charlar con la gente, para desvirtualizar a aquellos que sigues en Twitter y con los que nunca has tenido la ocasión de poder hablar en persona. De juntarte con gente que sólo ves en eventos técnicos y que sí, hay que decirlo … ¡lo molan todo!
La organización no paraba de repetir que a las 16:30 habría sorpresa y de repente, ¡aparece una txaranga! ¿puede mejorar más la tarde? y tras ella los municipales para decirnos que los vecinos no estaban tan motivados como nosotros. ¡Ouch!
Censura incluida, me llevo otra experiencia Bilbostack más positiva si cabe que la primera vez. Mil gracias a esos 4 que de forma tan generosa le han metido horas y horas al evento. Ibon, Vicenç, Asier y Fran, ¡habéis vuelto a conseguir otro año más un evento top! Y mil gracias a los que adoptaron a una todavía novata en el mundillo y que le hicieron sentirse como una más, imposible nombraros a todos uno por uno. ¡Me llevo un chute de motivación bestial por todas las conversaciones que tuvimos!
30 de enero del 2021. Ya estás apuntado en el calendario.
¡Ah! ¡y todos a plantar tomates! Nosotros ya lo hemos hecho… 😉