La comunicación en persona muchas veces resulta difícil y no es raro que dé lugar a malentendidos. Cuando la comunicación además está mediada por un canal, la posibilidad de aportar matices a los mensajes que se transmiten se reduce considerablemente. De modo que conseguir que el otro entienda “justamente aquello que le estoy tratando de decir”, resulta aún más complicado.
Las nuevas redes sociales no escapan a esta problemática, por mucho que utilicemos emoticonos 😉 Entre los casos que hemos podido observar últimamente, uno muy simpático ha tenido lugar en Facebook.
Un amigo mío estaba viviendo desde hace años con su chica cuando se dio de alta en esta red. En su perfil personal, de todos los estados posibles escogió «comprometido», porque le pareció que era el estado que reflejaba mejor su situación real. Mucha gente, sin embargo, entendió que eso significaba que estaba prometido y que inminentemente se iba a casar, con lo que algunos incluso le dieron la enhorabuena.
Para evitar malentendidos, decidió cambiar su estado en el perfil, y en lugar de “comprometido”, puso que estaba «en una relación». Para su sorpresa, algunos de sus conocidos interpretaron que había roto su compromiso de boda y empezaron a contactarle para ver si todo iba bien y darle sus «condolencias» ¡qué paradoja! Mi amigo tuvo que explicar en el propio Facebook que nada de eso era así y que nunca había estado comprometido, ni por lo tanto, había roto su compromiso de boda.
Por lo que parece, en las redes tendremos que reaprender el uso de algunos términos para poder entendernos sin que haya malentendidos. Y posiblemente también estandarizar el uso de determinadas palabras o expresiones, para que usándolos todos de igual manera, consigamos una comunicación bien precisa.
Y tú, ¿conoces algún caso parecido? ¿Crees que la comunicación en las redes sociales cambia mucho respecto de la comunicación en la vida cotidiana fuera de la Red?
ujue dice:
Por mi parte, tengo un trauma con twitter, porque al limitarte a 140 caracteres, termino acortando tanto lo que quiero decir, que se pierde el sentido de las frases. Hoy he intercambiado con @eduardomanchon unos cuantos comentarios y estoy segura de que no nos hemos entendido ni la mitad :)) Que opinas, Eduardo?
Quizá es que lo uso a veces de forma incorrecta, como si fuera un chat o un messenger y no debería, verdad @sonesu? http://elascensor.wordpress.com/2008/02/12/twitter-is-not-a-chat/
Además añadiré que tampoco debería usarse como parte meteorológico!
Eduardo Manchón dice:
Si, creo que no nos hemos entendido ni la mitad. Lo bueno? Que me ha forzado a sintetizar al máximo, seguramente si hubiera tenido más espacio hubiera metido mucha morralla innecesaria. Lo malo? Qué agobio lo de explicarse en solo 140 caracteres!
En cualquier caso no creo que se pueda decir para lo que vale twitter y lo que no, la gente lo usará para lo que quiera y por selección natural ciertos usos prevalecerán.
No es posible ser adivino y preveer que pasará con aplicaciones comunitarias o sociales, el factor social las hace demasiado impredecibles y complejas para que un análisis a priori te permita saber qué funcionará y qué no. Puedes hacer un sesudo razonamiento en plan gurú y argumentado correctamente por qué Twitter no vale para chat, pero si la gente le da por usarlo como chat, ya puedes cantar misa 😉
En temas sociales no me sorprendo ya de nada, he visto ya de todo.
El Guardián dice:
A mí me pasó lo que al amigo de Wila. Haciendo limpieza, se me ocurrió quitar que estaba «soltero» porque, pensé, qué cuernos le importará a la peña cibernética cómo voy por la vida. A la media hora, los colegas me venían dando la enhorabuena. ¿Qué pasaba? Pues que el cambio de estado era «El guardián ya no está soltero», cuando debería decir «ha quitado su información sentimental [porque no es asunto tuyo]». El origen de todo esto lo veo claro: red social de instituto americano, problemas de traducción. Un clásico.
Gustavo dice:
Articulo muy irssneteante pero que nos augura una tarea ardua. Mas si, como es nuestro caso, es una pequena empresa y se quiere hacer una buena faena. Demasiado pocas manos.