5 píldoras de creatividad inspiradora

Resulta complicado comenzar un año nuevo con ilusión y fuerza cuando todo lo que nos ataca el sueño y las sobremesas frente al televisor habla de apretarse el cinturón, controlar, ajustar, recortar, acotar, ahorrar y decenas de verbos de similar carácter esperanzador.
Sobre todo porque provoca que nos volvamos más grises, más convencionales, más aferrados a nuestras rutinas, más… acojonados.

Sin embargo, esto sí que es la pescadilla que se muerde la cola porque, cuando entramos en este círculo vicioso, hasta aquel trabajo que tanto te gustaba ayer se transforma en una dura losa que arrastrar, en obligación en lugar de vocación y, en este contexto, hacer lo convencional es lo más cómodo. Así que… esta que sigue es una historia de esperanza :), ya que una servidora lleva un comienzo de año espectacular, lleno de creatividad y de moldes rotos a la hora de enfocar y conceptualizar los proyectos que empezamos.

Por tanto, ¡a compartir mis píldoras de felicidad inspiradora!

 

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1. Sesiones de creatividad provocadora

Nuestro cerebro es muuuy vago. Cuando le pides solución a un problema planteado, ese músculo viscosillo que tenemos en la azotea, antes de esforzarse en exceso, tira de recuerdos, experiencias e imágenes relacionadas con lo que tenemos que resolver y escupe una respuesta (una idea de proyecto, por ejemplo) que, desde luego, es razonable, adecuada y basada en un expertís que no puede dejarse de lado, pero que, sin embargo, muchas veces es la respuesta más convencional… la ajustada en precio, alcance y ambición a los requerimientos del cliente, sí, sí… pero aburriiiiidaaaaa…

Para evitarlo, una ejercicio muy sencillo es montar sesiones de creatividad en la que participen diversos perfiles, diferentes personas, experiencias no afines… para, juntos, atacar al cerebro vaguete con técnicas que le extraigan ideas revolucionarias sobre un concepto inicial y convencional de proyecto. En estos momentos, a nosotros nos enamora la técnica de Provocación de Edward de Bono.

¿Y a ti qué técnica te apasiona?

2. Conceptualización y UX colaborativas

Dentro de la filosofía agilista que impregna todo lo que hacemos (y cómo lo hacemos) en Biko, la introducción del trabajo colaborativo en las etapas de conceptualización y aterrizaje del producto (consultoría y UX de toda la vida pero ahora entre todo el equipo del proyecto) nos está permitiendo enriquecer el resultado final.

Ejemplos claros son las sesiones de mapas metales, para identificar qué contenidos y funcionalidades debe ofrecer el producto online según las necesidades del usuario a cubrir. La inclusión en estas sesiones creativas de perfiles variados (tecnólogos, gestores de proyecto, diseñadores gráficos, maquetadores, consultores de negocio y gente de UX) consigue, no sólo incrementar el número de ideas y la calidad e innovación de éstas sino, que todo el equipo ya imagine cómo va a llevar a la realidad esa imagen que ahora mismo sólo está en una pizarra y en nuestras cabezas.

Como muestra de ello, un sencillo mapa mental con necesidades de usuario realizado por todo el equipo identificando funcionalidades:

3. Agile inceptions

¿Qué hay más satisfactorio en un trabajo que tener al cliente para el que lo estás realizando en armonía contigo? (Quizá un sueldo astronómino, pero no vamos a ponernos ahora en modo terrenal).

Para conseguir una perfecta sintonía con el cliente, no he probado nada mejor que los Agile Inceptions. Para los que no estáis familiarizados con el tema, lo simplificaré en una frase: son reuniones de inicio con el cliente para conceptualizar el producto y aterrizar el proyecto de forma colaborativa entre todos los stackeholders.

A pesar de que, igual que el maestrillo cada uno tiene su librillo y termina adaptando las técnicas, priorizando algunas, eliminando otras e introduciendo nuevas, el modelo de Agile Inception es perfecto para arrancar un proyecto con garantías.

Particularmente me encanta que, tras un par de sesiones de trabajo cliente-equipo, todos los participantes en el proyecto tengan clarísimo el objetivo prioritario, el diferencial o lo que NO va a ser el producto a construir.

También disfruto construyendo con el cliente los personajes o usuarios objetivo, aunque no sea una técnica especificada como tal en el Agile Inception. Creo que los «arquetipos» ganan en riqueza al elaborarlos entre el grupo y es muy sano identificar a los personajes primarios, secundarios y críticos casi por consenso.

¿Qué técnica te gusta utilizar en los Agile Inceptions?

4. Cambio del entorno de trabajo

Muchas veces es necesario salir del contexto habitual de trabajo para poder producir ideas creativas. La recomendación cuando hay atasco mental es siempre parar, despejar la mente y realizar otro tipo de actividades para permitir al subconsciente procesar toda la información acumulada y lanzar al exterior la idea creativa que se busca.

Lo que ocurre es que, en ocasiones, es complicado de conseguir. Los plazos, los nervios, las pilas de trabajo acumuladas… no ayudan y llegan a imposibilitar que puedas levantarte de tu asiento y  relajarte en otro lugar.

Así que en Biko hemos optado por cambiar nuestro entorno para conseguir transformarlo en un lugar donde te den ganas de refugiarte y generar ideas creativas. Para ello, hemos tirado de rodillos, brochas y tijeras y hemos cambiado las salas A, C, E… en la Sala Roja, la Sala Naranja, la Sala Azul… Y seguimos haciendo cosas como construir rinconcitos para pensar y trabajar en silencio o empapelar de papel de pizarra las paredes…

El antes…

Y el después…

5. Sonreír hasta la risa llorona

Y ya como punto final, como remate de creatividad y felicidad, mi recomendación más recurrente: reír, reír en cada ocasión que lo permita.

Hace unas semanas, me deleitaba con un artículo de Carmen Chaparro sobre el tema: «Sonreímos porque estamos bien, pero también funciona a la inversa: la sonrisa ayuda al cuerpo a cambiar su estado de ánimo (…) Sonreír nos hace más competentes (…) Sonreír también nos da valor (…) Y además baja nuestra presión sanguínea. Y provoca un lifting natural en la cara que nos hace parecer más jóvenes. Y mejora nuestro sistema inmune, que trabaja mejor cuando estamos relajados y felices. Y aumenta las endorfinas, la serotonina y las hormonas “aniquiladoras” del dolor.»

Pero a pesar de los infinitos beneficios de sonreír, hemos degenerado en nuestros puestos de trabajo hasta el punto de mirar mal a quien lo hace, de identificar la risa con relajación y falta de esfuerzo, con ausencia de productividad. Reír es políticamente incorrecto porque rompe el silencio propio de una oficina de trabajo, de una sala de espera, de un ascensor, de una tienda de ropa…

«Una vez que dejamos de ser niños, pasamos de 400 sonrisas diarias a apenas 20«. Sin embargo, no hay nadie más creativo que un niño. Así que, ¡venga esas sonrisas!