Desde que Guttemberg inventó el tipo móvil y simplificó la impresión, no ha habido un cambio de paradigma significativo en la forma de difundir. Desde hace cinco siglos, las comunicaciones masivas han sido cosa de uno o unos pocos emisores a unos muchos receptores, en un ratio de 1:N. Sin embargo, la aparición de internet y su maduración han derivado en una relación m:n. Las minúsculas en el ratio no son baladíes: han aumentado los emisores, pero se han reducido las audiencias porque toca a menos. Y además, de comunicación unidireccional se ha pasado de sopetón a una multidireccional. Se vive en una economía donde lo escaso, lo preciado, es la atención y el tiempo. Hemos pasado del «all what’s fit to print» al «all what’s fit to read.»
En este contexto hemos asistido a la primera mesa redonda en el II Congreso iRedes, en Burgos. Ha sido interesante ver cómo, en esencia y salvo excepciones, los responsables de medios de comunicación perciben internet como el futuro y no como un presente.
En una era en que todos comunicamos y nuestros teléfonos son unidades móviles, el periodismo busca su lugar diferenciador. ¿Dónde? Pues es complicado, pero la respuesta está seguramente en la labor editorial. Cualquiera puede tuitear el rumor de un golpe de estado en China. La baza del periodismo está en la profundidad y la capacidad de prescripción, la habilidad para ofrecer enfoque y trasfondo, y credibilidad. Todo lector establece sus criterios y atribuye la credibilidad a sus fuentes.
En suma, la profesionalidad es lo que debería salvar al oficio. Tiempo para dedicar, experiencia y conocimiento son lo que diferencia al profesional del diletante. Trasfondo y análisis. Pero la evolución pasa por romper moldes centenarios: citar a otros medios es casi tabú, poner enlaces externos parece que sale a precio de oro porque se teme la tasa de rebote y el abandono. El futuro es agregación, karma y reputación, portadas dinámicas, landing pages para todos los temas menos los más importantes del día. Salvo momentos específicos e importantes, un periódico tiene el enfoque de imprimir tantas noticias como páginas pague la publicidad contratada ese día. En el online, esto no tiene sentido. Hay que combinar noticias y pensar en modelos de consumo de larga cola, usar sistemas de recuperación de información para componer temas en vez de secciones. Limitar la publicidad pero afinar la segmentación para hacerla más relevante y valiosa (esto es, eficiente). Esto encaja en un momento en que los lectores estamos comprando sólo un periódico a la semana para tener el trasfondo, y combinamos lecturas y buscamos fuentes en todo lo demás. Pero mataríamos por una fuente fiable a ojos cerrados y, en el fondo, limitamos a prácticamente media docena las que seguimos. A las demás, les atribuimos un crédito más bien escaso. No sé cómo será el periodismo dentro de dos años. Me reconozco como un intruso que tiene claro que no será el modelo centenario.
Los alumnos de @ubuiredes han publicado una crónica más detallada que han ido componiendo a mi vera durante la mesa redonda y que se puede leer aquí. También me permito sugerir que leáis los timelines de @madclimber, @jorgesegado y @kremaster y el mío propio (@laheterodoxia) con el hashtag #iRedes, como un punto de partida para seguir el hilo de lo que ha sido la mesa.
Puedes encontrar los otros resúmenes de iRedes 2012 aquí (2) y aquí.
¡No te pierdas la segunda parte!