En los comienzos de la Web, sin unos conocimientos técnicos mínimos resultaba muy difícil, por no decir imposible, publicar contenidos. Además de tener algunas nociones de diseño o al menos cierta sensibilidad estética, había que saber html, maquetación en tablas (luego CSS), un poquito sobre servidores y alojamiento, FTP… Todo ello era una barrera para quiénes tenían cosas que contar, pero no dominaban la técnica.
La democratización en la publicación de contenidos llegó en 1999, de la mano de Blogger, el primer gestor de blogs cuyo uso era tan sencillo, que cualquiera que supiera escribir con gracia, con calidad, con gusto, y que tuviera cosas interesantes que decir, podía compartirlas con el mundo entero sin necesidad de tener conocimientos técnicos (o casi).
De forma bastante rápida surgieron multitud de CMSs (Content management Systems), para gestionar blogs. Y en pocos años (esto va muy rápido), esos primeros CMSs evolucionaron para permitir crear, no sólo blogs, sino sitios web completos, sin tener conocimientos de programación.
Así, con herramientas como Jimdo, Webnode, Neositios, Wix y muchas otras, escritores, fotógrafos, músicos y todo tipo de artistas, pueden dar rienda suelta a su creatividad y publicar online sus creaciones sin necesitar grandes conocimientos técnicos (unos poquitos sí, eh, que esto no es Jauja).
Ahora con el iPad, los creadores vuelven a tener un reto importante: sacar el máximo partido de sus prestaciones y funcionalidades, aprovechando sobre todo esas características que le son propias y que permiten ser verdaderamente innovador a la hora de contar historias.
Hace pocos meses nos impactó Alice for the iPad (y varios cuentos más), que no son sino la adaptación al iPad de los living-books que surgieron a finales de los 90 en CD-Rom, más atractivos, pero con un tipo de interactividad similar.
Sin embargo, lo último que he visto en nuevas narrativas para este dispositivo tiene una pinta mucho más interesante: Touching Stories, que incluye 4 historias en vídeo rodadas por 4 directores de reconocido prestigio. La interactividad, por tratarse de contenidos en vídeo, resulta mucho más efectista y cercana. Pero claro, para montar esta aplicación, es necesario saber programar para iPad.
Así que después de ver Alice for the iPad y Touching Stories me pregunto: ¿para cuándo el CMS o la aplicación que permita a los creadores montar sus propias narraciones interactivas para el iPad sin tener conocimientos de programación? ¿Permitirá Apple que llegue a haber una app de ese tipo…? (Para Android ya hemos visto algún ejemplo, como Hoppala Augmentation, que permite a cualquiera crear experiencias de realidad aumentada con Layar).
En todo caso, y para la tranquilidad de los perfiles técnicos involucrados en proyectos de comunicación online, siempre quedarán tecnologías para las cuales será requisito imprescindible disponer de conocimiento técnico. Sólo imaginad lo que se podrá llegar a hacer con dispositivos como la nueva interfaz persona-ordenador basada en ondas cerebrales, presentada por Tan Le en TED este mes de julio de 2010…