A los del norte nos gusta el frontón. Puede que sea porque amamos los retos y eso de que te devuelvan la pelota cada vez que la lanzas y que te exija nos pone mucho. Somos un poco cabezones: ya verás en la próxima bola, no vas a poder con ella. Y así una detrás de otra.
Cuando se lanza un proyecto digital la ideación y la inspiración son claves. De la misma manera la pasión es una compañera imprescindible. Pero con eso no basta, el camino es largo y duro. Ya lo hemos oído antes, emprender tiene un poco de inspiración y mucho de transpiración. También tiene mucho de reflexión, aunque ésta sea una aguafiestas y nos enfríe en momentos concretos.
Recientemente, en una entrevista a Michael Lazerow, Co-founder, CEO and Chairman, de Buddy Media (la acaba de comprar Salesforce.com por $689 millones), este recomendaba lo siguiente:
“The best advice I can give is: Use your head, but lead with your heart”.
Si la cabeza es tan importante probablemente cuantos más cerebros piensen mejor, aunque muchas veces nos digan lo que no nos gusta oír.
Hay al menos tres palancas donde podemos apoyarnos. El objetivo, rodearnos de gente que nos ayude a pensar y que dé su opinión sincera y cualificada.
Visiones y aptitudes complementarias
La primera palanca está dentro. No sólo se trata de contar con perfiles complementarios dentro de un proyecto empresarial, expertos en disciplinas diferentes. Se trata de unir formas de ser distintas que encaren los retos desde distintos ángulos.
Si todos somos creativos y soñadores seguro que surgen grandes ideas pero luego a nadie le apetece desarrollarlas hasta sus últimas consecuencias, nos aburrimos con los detalles y nos pegamos el gran castañazo.
Pero si todos somos cartesianos y maniáticos del orden, meticulosos a más no poder, tenemos grandes opciones de ejecutar con brillantez algo que no sirva para gran cosa.
Pon un consultor en tu vida
También las encuentras fuera. Ya sé que la profesión del consultor genera escepticismo, que generalmente no aportan casi nada en el negocio, que lo único que hacen es poner bonito lo que ya sabemos como empresarios, directivos o emprendedores. Que sí, que ya lo sé.
Todo lo que se diga al respecto habrá ocurrido muchas veces. Pero también ha sucedido lo contrario. Por eso reivindico la importancia del consultor, especialmente del consultor-frontón.
Ese que te pone en aprietos porque se cuestiona tus ideas y hace de abogado del diablo.
Ese que ve tu planteamiento con escasa pasión, con frialdad, de forma cerebral y es capaz de detectar sus virtudes y sus carencias.
Ese que una vez contrasta contigo que el proyecto tiene sentido es capaz de identificar los puntos clave y apoyar en el despliegue.
Ese que una vez dado el paso es fiel y tenaz, ayuda en tareas arduas, que desgastan pero aportan valor.
Esos son los consultores que suman, gente con experiencia, cuyo fin no es entregar un powerpoint bonito sino que a la empresa-cliente le vaya de perlas.
Me estaría horas describiendo a este consultor-frontón… Es una especie animal que existe, que se puede encontrar si se tiene claro lo que se busca, la recomiendo.
Pregunta por la calle, a ver qué te dicen
Eso de que tener una idea revolucionaria y mejor que nadie la conozca por si me la pisan no tiene gran sentido hoy en día. Cuanto más se contraste el planteamiento, más sólido será, más matices encontraremos y más feedback recogeremos, clave para apuntalar ideas que muchas veces necesitan aterrizaje.
Amigos, colegas de trabajo, familiares, profesionales que conoces en eventos de networking… todos pueden devolverte la pelota envenenada. O simplemente puede que te digan que les encanta. O que si siguieses adelante ellos comprarían. O que no lo harían y por qué, casi más importante.
Sé que este último mensaje no sea muy original, pero llevo tiempo encontrándome emprendedores a los que se les llena la boca con conceptos como la innovación abierta o la inteligencia colectiva, y luego no sueltan prenda sobre lo que están tramando.
No me parece acertado, encuentro más beneficios que riesgos en dar a conocer un proyecto. Incluso conozco algún caso en el que al hacerlo el emprendedor ha conseguido ¡¡¡un socio inversor!!!