¿Qué tipo de tecnología sustenta un modelo de negocio digital?

Cuando hablamos de vender por Internet (ecommerce) existen numerosas herramientas que resuelven con eficiencia y escalado las necesidades de gestionar un catálogo, enriquecer un proceso de compra, promocionar productos y servicios, manejar distintos precios, mercados y monedas…

Por ello, ante un proyecto de este tipo abundan las respuestas sencillas tipo:

“Esto ya está inventado, tira de herramientas que te lo den todo hecho, que sean muy baratas y sencillas de montar, que utilice ya mucha gente. El valor no está en la tecnología sino en tu capacidad de enganchar con las necesidades de los clientes”.

Pero en una estrategia más global como la descrita en el post anterior, donde no sólo nos centramos en la capacidad que nos ofrece el canal sino en su potencial como elemento transformador de un sector o negocio, normalmente requiere de otros aspectos que van más allá de los puntos identificados. Una mayor flexibilidad.

La solución estándar, esa que se monta en un suspiro y a la que se suele aplicar alguna plantilla, puede ser una buena solución en los inicios de un negocio, sobre todo para testar el modelo o la propuesta en plan low cost.

¿Pero qué pasa cuando necesitas modificar la propuesta, en base a tus métricas de negocio, las pistas que te da el mercado o el comportamiento de tus clientes?

Que todo empieza a crujir y los cambios a incorporar a la herramienta implantada o bien son parches insufribles o suponen costes no esperados que amenazan la viabilidad del negocio.

Cada vez nos encontramos con más escenarios de este tipo. La respuesta suele ser que estamos siguiendo los preceptos de moda, esos vinculados al concepto de lean startup, y que cuando confirmemos el gran potencial del negocio ya invertiremos y revisaremos todo el modelo tecnológico.

El problema es que rara vez se da ese momento de eclosión en el que la situación del negocio te dice:

Ya está, la estoy petando, me está entrando dinero a chorros y ahora es cuando voy a tirar lo que tengo y hacerlo de nuevo como debe ser.

Normalmente hay una progresión en el negocio, más o menos rápida, pero que genera unos niveles de caja que permiten seguir invirtiendo con medida y precaución y que por tanto limitan a la hora de rehacer lo que hemos planteado inicialmente.

El proceso de amortización de la herramienta no siempre es tan rápido como se espera.

Además rehacer lo que se tiene supone un esfuerzo y dedicación importante, que hay que compaginar con la explotación cotidiana del negocio. En otras palabras, nos lleva a un periodo de MUCHO SUFRIMIENTO.

La alternativa no requiere necesariamente acudir a largos proyectos iniciales, más costosos, con herramientas pesadas, etc.

Sobre todo lo que hace falta es tener una visión global del objetivo que se persigue, las cosas que nos gustaría que pasasen en el negocio, las que son más previsibles y elegir la tecnología a utilizar en base a ello y sobre todo en base a la flexibilidad que nos dé.

Innovar o plantear un modelo más global requiere muchas veces salirse de la caja, romper con las prácticas de otros o modelos ya establecidos, y es en estas ocasiones donde se hace necesario contar con herramientas que te permitan hacer cosas distintas con facilidad.

 

 

¿Qué estrategia tiene sentido?

La podemos resumir en los siguientes puntos:

  1. Conviene contar con tecnología versátil para resolver el núcleo del proyecto que combine fácilmente y con costes ajustados la funcionalidad de:
    • Un ecommerce
    • Una potente herramienta de gestión de contenidos
    • La posibilidad de incorporar funcionalidad de lo denominado Social Business Software

    modelotecnologico

     

  2. Deberán tener una amplia comunidad detrás que nos permita contar siempre con abundantes proveedores y especialistas que estén cualificados, bien para contratarlos, bien para incorporarlos en la compañía para llevar el día a día y ganar en flexibilidad.
  3. Esta amplia comunidad o soporte permitirá mantener la herramienta viva, de manera que nos pueda aportar cada vez más valor, con funcionalidad nueva, optimizando la existente, adaptándose a nuevos dispositivos, versiones de navegadores, de sistemas, etc.
  4. Integración demostrada y contrastada con sistemas de información y gestión ya existentes en una organización, con especial atención a CRM y ERP.
  5. Un modelo que además se complemente con herramientas de nicho muy especializadas que preferentemente se incorporen en modo SaaS o Cloud, que sobre todo se orienten a recabar información de valor de nuestros clientes y poder servirles contenidos y propuestas pertinentes de forma dinámica y afinada. Por poner ejemplos: soluciones de analítica, de inbound marketing, de gestión de clientes (CRM), retargeting, encuestas, foros, personalización en la presentación de contenidos en base a perfiles de uso…
  6. Sin olvidar aspectos más manidos y convencionales pero igualmente necesarios: escalabilidad demostrada, coste de adquisición bajo, coste de mantenimiento conocidos y previsibles.
  7. Por último, un entorno tecnológico que, cuando lo requiera el negocio y su evolución, permita desarrollar funcionalidad ad hoc con calidad, motivar perfiles profesionales que busquen la excelencia y que con sus aportaciones entreguen ese valor necesario y diferente que pueda hacer que un negocio funcione de verdad.

 
Fuente de la imagen: Acquia.