Entre la idea de un emprendedor y el desarrollo tecnológico de un proyecto hay un trabajo importante de aterrizaje en el que son claves algunos aspectos relacionados con el entendimiento del negocio, la definición de una experiencia de usuario adecuada y un esquema de ejecución de proyecto basado en la entrega temprana y progresiva que nos permita testar el modelo y lanzar un buen producto.
No pretendo definir en este post la metodología de trabajo que nos permita tener éxito entregando un buen producto. Sería una tarea hercúlea, muy ambiciosa, que dejo a personas con más experiencia y visión en la gestión de proyectos.
Lo que sí que puedo hacer es compartir algunas ideas en base a la experiencia real con algunos de nuestros clientes y partners, tres puntos concretos que considero imprescindibles.
Todos alineados, una vez aterrizado el proyecto
Hace poco, en una reunión comercial, un cliente potencial me decía:
“Diego, tenemos las cosas claras y ahora sólo necesitamos una empresa de desarrollo que nos lo monte. ¿Nos puedes ayudar?”
Obviamente les dije que sí. Pero también debatimos sobre la necesidad de apoyarles a la hora de hacer un buen aterrizaje del producto.
No es que dudara de su visión o de su talento. Para nada. De hecho, hoy en día ya es cliente de Biko y sus promotores están demostrando una gran capacidad.
Simplemente creo que hay que asegurarse de un par de aspectos clave antes de ponerse a construir con decisión y poderío:
1.Primero, contrastar el modelo y planteamiento de negocio, y asegurar el alineamiento de todas las personas involucradas.
2.Pero también resolver algunos detalles sobre la esencia del proyecto, de manera que posteriormente, todo lo que se quiera hacer se pueda ordenar en tres simples grupos: lo que es fundamental que esté, lo que estaría bien tener y aquello que trabajaremos si algún día tenemos tiempo (improbable, por cierto).
El aterrizaje debe hacerse pensando que su objetivo no es entregar un bonito powerpoint (algo que por cierto, podemos ahorrarnos) sino crear un equipo de verdad alrededor del proyecto y aclarar la hoja de ruta de desarrollo de un producto o servicio digital.
Experiencia en la ejecución del proyecto
También recientemente, al ofertar un trabajo nuevo con una startup, nos decían:
“El modelo de negocio está claro, tenemos avanzado el diseño de la web y contamos con un equipo técnico muy motivado. Lo que necesitamos de vosotros son algunos perfiles que nos permitan coger velocidad, nuestros plazos son muy ajustados”.
Después de un mes ya trabajando, su petición fue variando. “Tenemos un montón de gente currando en el producto, muy buenas sensaciones pero no sabemos dónde estamos. Este diagrama de Gantt no se lo cree nadie”.
Ahí es donde un equipo experimentado y orientado a resultados puede jugar un gran papel. Ya no sólo hablamos de personas cualificadas sino de la capacidad de entregar valor de forma constante.
Podemos pensar que algunas grandes consultoras son las que realmente pueden llegar a hacerlo, que se las contrata por esa capacidad. Pero no estoy hablando de eso.
Hablamos de plantear las soluciones más adecuadas para el cliente en cada momento, sin eludir discusiones y viviendo el producto como si fuese nuestro. Estoy hablando de ser flexibles, colaborar con el cliente, no simplemente de sacarles la pasta.
Entregando valor en círculos por equipos multidisciplinares
Un producto o servicio digital no se construye metiéndolo en una cadena de montaje donde primero definimos el negocio, luego la usabilidad, luego el diseño y luego lo desarrollamos.
Lo siento, suena razonable y consistente pero este esquema supone grandes pérdidas de tiempo y de dinero. Todos esos trabajos son necesarios, pero unos no deben esperar a otros.
¿Para que voy a esperar a prototipar todas las pantallas de un site antes de construirlo si cuando lo construya voy a modificar una gran parte de ellas?
¿Qué sentido tiene llevar dos meses trabajando en un proyecto digital sin que se pueda ver ni una funcionalidad completada que podamos testar y validar con la excusa de que estamos diseñando la arquitectura de un “todo”?
Una vez definida la esencia del negocio, la construcción debe hacerse en círculos, trabajando no desde una perspectiva “departamental” sino con equipos multidisciplinares con alto grado de autonomía que vayan entregando piezas completas y que se aseguren de que la esencia del negocio se preserva y no hay condicionantes técnicos que lo devalúan.